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¿Por qué pienso y siento como lo hago? y ¿Qué puedo hacer al respecto?

Vivi Suess

CEO de Kosher Therapy. Psicóloga Clínica con formación en trastornos del ánimo y de la personalidad, entre otros. Especialista en Psicoterapia Focal Breve.

Logra a través del vínculo terapéutico potenciar las herramientas personales para resolver conflictos en un período acotado.

¿Por qué soy así?

Te has preguntado alguna vez ¿Por qué me afectan las cosas más a mí, que a mi pareja? ¿Cómo puede ser que la cuarentena me tenga al borde de la locura, que este poniendo en riesgo mi matrimonio, mientras que para mis vecinos ha sido su mejor momento? 

Es cierto, cada persona vive los sucesos de manera diferente. Los eventos no son objetivamente traumáticos, ni son vividos por todos de igual forma. La pregunta clave entonces es, ¿Por qué yo vivo ciertas situaciones como las vivo? ¿Puedo evitar sentir tanta angustia, miedo o ansiedad frente a una “crisis”? 

A lo largo del tiempo, como Psicóloga he visto que hay diversos factores que influyen en cómo experimentamos la realidad alrededor nuestro.

Factores que influyen en nuestra identidad

En primer lugar, están las experiencias tempranas y la crianza que recibimos. La Psicología ha demostrado, que la primera infancia, los modelos parentales y las vivencias que tuvimos, juegan un rol clave en cómo nos constituimos como personas. Es decir, el tipo de apego o la relación que formamos con nuestros padres, el amor que recibimos o las carencias, impactan profundamente en cómo nos desarrollamos al crecer. Por ejemplo, si una persona tiene una madre ansiosa, que le trasmitió tempranamente que el mundo a su alrededor era peligroso y hostil, es posible que esta persona, pueda desarrollar una personalidad ansiosa o paranoide y le sea más difícil sentirse segura y tranquila. A su vez, él o ella pueden vivir de manera más angustiosa una pandemia, ya que viene a confirmar sus temores de que el mundo es peligroso. 

Pero, no todo es responsabilidad de los padres o la crianza, como es típicamente mitificado respecto a la Psicología. Hay varios factores adicionales que influyen en cómo nos desarrollamos.  

Nuestra personalidad

Me gustaría enfocarme en un factor fundamental para entender cómo percibimos la realidad, y es nuestra personalidad y temperamento. Entendemos por rasgos de personalidad los patrones relativamente estables de pensamientos, sentimientos y comportamientos en un individuo. Estas características personales, o Midot en el Judaísmo, tienen una influencia ambiental (las experiencias de vida nos van formando), pero sorprendentemente tienen una gran base genética. Es decir, nacemos con un temperamento y una inclinación hacia ciertos rasgos de personalidad.  

Nuestra personalidad afecta en gran medida cómo sentimos, percibimos y reaccionamos a nuestro entorno. Las personas más controladoras, estructuradas y ansiosas van a vivir un evento estresante (por ejemplo, una pandemia) de una manera muy diferente a alguien optimista, relajado o más abierto a nuevas experiencias.  

Entonces ¿Eso es todo? ¿Soy irritable, nací así y nada que hacer? 

No, la buena noticia es, que nuestras características de personalidad, siendo uno de los factores más influyentes en cómo percibimos y reaccionamos, SÍ se pueden trabajar y mejorar. 

Vivimos en un mundo muy ocupado, lleno de estímulos y exigencias. Cuando no estás trabajando o con gente, posiblemente estás con el celular o escuchando música. Esto produce que conozcamos de muchos temas y poco de nosotros mismos. Nuestro foco suele estar afuera y es escaso el tiempo que dedicamos al autoconocimiento. 

Y ¿Qué puedo hacer al respecto?

Te invito a detenerte y permitirte un momento para ti. Si lo logras, me gustaría compartirte algunas ideas sobre cómo utilizar este espacio y comenzar a ser la persona que quieres ser: 

  • Dedica un tiempo para ti: Un tiempo en donde puedas reflexionar y escuchar tus propios pensamientos. Esto te va a ayudar a recordar y poner atención a momentos difíciles que se repiten en tu día a día.
  • Inicia un proceso de autoconocimiento: Identifica las características de tu personalidad que originan estas situaciones repetitivas. En general, son las mismas cualidades las que producen las mayores dificultades en nuestra vida; ya sea para relacionarnos con los demás, para trabajar o para disfrutar. (Por ejemplo, ser una persona muy estructurada o controladora, fácil de enojar, irritable, intolerante, crítica, descuidada, con baja tolerancia a la frustración, perfeccionista, pasiva, rencorosa, entre otros rasgos, que en su extremo, ocasionan dificultades). Usualmente, podrás darte cuenta de que muchos de los conflictos que tienes, se originan por una o dos de tus características personales. 
  • Conversa con personas cercanas: Esta instancia o bien una terapia psicológica, ayuda en gran medida a tomar conciencia de nuestros rasgos menos adaptativos. Cuando identificas estas características que están causando las dificultades de tu día a día, es posible iniciar un proceso de cambio. 
  • Practica el cambio: Busca situaciones pequeñas, no muy relevantes, en las que se expresa esa característica de personalidad que quieres cambiar, y trabaja en esas instancias. Intenta ser la persona que quieres ser. No busques las áreas más importantes o conflictivas, esas son más difíciles de cambiar y terminarás desmotivándote. 
  • Comienza a ser la mejor versión de ti: Identifica cómo te gustaría ser y cómo quisieras comportarte e intenta practicarlo en momentos acotados de tu día a día. De esta manera tendrás la satisfacción de estar logrando, poco a poco, un gran cambio. 

Si bien todos somos diferentes y reaccionamos de diversas formas frente al mundo, los seres humanos compartimos algo, y es que todos podemos cambiar.

Vivianne Suess

Psicóloga Clínica

CEO Kosher Therapy


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